Aprende qué frases evitar de tu vocabulario y cómo hablarle a tus hijos para que realmente te escuchen.
Si continuas leyendo conocerás algunos de los pasos en falso verbales más comunes que las mamás y los papás hacen, y las alternativas más amables.
1) Por qué no debemos decir: «¡Déjame en paz!»
Un padre que no anhela un descanso ocasional es un santo, un mártir, o alguien que está tan sobrepasado que se ha olvidado de los beneficios de recargar las pilas. El problema es que, cuando habitualmente dices a tus hijos: «No me molestes» o «estoy ocupado», se internaliza ese mensaje, dice Suzette Haden Elgin, Ph.D., fundador del Centro de Estudios de Idiomas Ozark, en Huntsville, Arkansas. «Los niños empiezan a pensar que no tiene sentido hablar contigo porque siempre estás tratando de quitártelos de encima.» Si configuras este patrón cuando sus hijos son pequeños, entonces pueden ser menos propensos a decir las cosas a medida que envejecen.
Desde la infancia, los niños deben adquirir el hábito de ver a sus padres tomarse un tiempo para ellos mismos. Usa válvulas de liberación de presión – ya sea contar con la niñera, pedirle a tu pareja o a un pariente para que cuide de los niños, o incluso el colocar a tu hijo delante de un vídeo de modo que tú pueda tener media hora para descansar y reagruparse.
En esos momentos en los que estás preocupado (o estresado, como yo cuando exploté con mis hijas), resulta necesario configurar algunos parámetros de antemano. Yo podría haber dicho: «Mamá tiene que terminar una cosa, así que necesito que pinten en silencio durante unos minutos. Cuando termine, vamos a salir a la calle.»
Sea realista. Un niño de 2 y otro en edad preescolar es probable que no sepan divertirse solos durante una hora entera.
2) Por qué NO debemos etiquetar a nuestros hijos
Las etiquetas son atajos injustos para los niños: «¿Por qué eres tan malo con Katie» O «¿Cómo puedes ser tan torpe?» A veces los niños nos escuchan hablar a los demás: «Ella es muy tímida.» Los niños pequeños creen lo que escuchan sin lugar a dudas, incluso cuando se trata de ellos mismos. Así, etiquetas negativas pueden convertirse en una profecía autocumplida. Thomas recibe el mensaje de que la maldad está en su naturaleza. «Torpe» Sarah comienza a pensar en sí misma de esa manera, lo que socava su confianza. Incluso las marcas que parecen neutrales o positivas – «tímido» o «inteligente» – encasillan a un niño y lo colocan en un lugar innecesario o generan expectativas inadecuadas sobre la criatura.
Las peores etiquetas pueden tocar muy hondo. Muchos padres pueden, aún vívidamente y con amargura, recordar cuando su propio padre dijo algo así como «Eres tan inútil» (o «perezoso» o «estúpido»).
Un enfoque mucho mejor es abordar el comportamiento específico y dejar los adjetivos sobre la personalidad de tu hijo fuera de él. Por ejemplo, «los sentimientos de Katie fueron heridos cuando le dijiste a todos que no juegue con ella. ¿Cómo podemos hacer que se sienta mejor?»
(otro enfoque que se me ocurre es el de comentarle cómo lo notamos: «Cariño, te noto un poco intranquilo, ¿te pasa algo? ¿te preocupa algo? ¿quieres contarme qué te tiene mal?)
3) Por qué no debemos decir «No llores»
4) Por qué no se debe comparar a nuestros hijos
Puede ser que parezca útil para mantener a un hermano o amigo como un ejemplo brillante. «Mira lo bien que Sam se sube las cremalleras del abrigo», se podría decir. O «Jenna está usando el orinal ya, así que ¿por qué no haces lo mismo?» Pero las comparaciones casi siempre son contraproducentes. Tu hija es ella misma, no Sam o Jenna.
Es natural que los padres comparen a sus hijos, para buscar un marco de referencia sobre sus logros o su comportamiento, dicen los expertos.
Pero no dejes que tu hijo te oiga hacerlo. Los niños se desarrollan a su propio ritmo y tienen su propio temperamento y personalidad. Al comparar a tu hijo con otra persona implica que tú deseas que sea diferente.
Hacer comparaciones tampoco ayuda a cambiar el comportamiento. Siendo presionados para hacer algo que no están listos para (o no les gusta ) hacer puede ser confuso para un niño pequeño y puede minar su confianza en sí mismo. Es probable que también se lo tome contra ti y resuelva no hacer lo que tú quieres, en una prueba de voluntades.
En su lugar, mejor es estimular sus logros actuales: «Oh! has pasado los brazos por el abrigo por ti mismo!» O «Gracias por decirme que el pañal necesita ser cambiado.»
5) Por qué no debemos gritar: «Tú puedes hacerlo mejor que eso!»
Como las comparaciones, las presiones pueden picar de maneras que los padres nunca se imaginan. Por un lado, un niño en realidad puede no haber sabido hacerlo mejor. El aprendizaje es un proceso de ensayo y error. ¿Tu hijo realmente sabía que la bola de un lanzador sería difícil de atrapar? Tal vez no me pareció del todo, o que era diferente a la que había atrapado con éxito de por sí en el preescolar.
E incluso si él cometió el mismo error que ayer, su comentario no es ni productivo ni de apoyo. Déle a su hijo el beneficio de la duda, y sea específico. Decir «me gusta más si lo haces de esta manera, gracias.»
Frases similares incluyen «No puedo creer que hicieras eso!» y «Ya era hora!» No parecen horribles, pero es mejor no decirlas demasiado. Ellos las acumulan, y el mensaje subyacente que los niños escuchan es: «Eres un dolor en el cuello, y nunca haces nada bien».
6) Por qué no debemos hacer amenazas
Las amenazas, por lo general son el resultado de la frustración parental y rara vez son eficaces. Solemos pulverizar catódicas advertencias como «Haz esto o de lo contrario…!» o «Si lo haces una vez más, te pego!» (ay no! no le diría eso! tal vez sí le diría: Me enojo!) El problema es que tarde o temprano se tiene que hacer valer la amenaza o de lo contrario pierde su poder. Se ha encontrado que las amenazas de golpear a provocar más azotes – que a su vez se ha demostrado que no son una forma efectiva para cambiar el comportamiento.
Cuanto más joven es el niño, más tiempo se necesita para que una lección sea asimilada «Los estudios han demostrado que las probabilidades de que un niño de dos años de edad, repita una fechoría más tarde en el mismo día son del ochenta por ciento. No importa qué tipo de disciplina se utiliza «, dice Murray Straus, Ph.D., un sociólogo de la Universidad de Family Research Lab de Nueva Hampshire.
Incluso con niños mayores, no hay una estrategia disciplinaria que produzca resultados infalibles. Así que es más eficaz para desarrollar un repertorio de tácticas constructivas, como la redirección, retirar al niño de la situación, o tiempos de espera, de lo que es confiar en los que tienen consecuencias negativas probadas, así como las amenazas verbales y los azotes.
7) Por qué no debemos decirle: «Ya verás cuando llegue papá a casa»
Este familiarizado cliché de crianza no es más que otro tipo de amenaza. Para ser eficaz, tienes que hacerte cargo de la situación de inmediato, tú mismo. La disciplina que se pospone no conecta las consecuencias con las acciones de tu hijo. En el momento en que el padre llega a casa, lo más probable es que tu hijo en realidad se habrá olvidado lo que hizo mal. Alternativamente, la agonía de anticipar un castigo puede ser peor que lo que merecía la falta original.
Pasar la pelota a otra persona también socava tu autoridad. «¿Por qué debería escuchar a mamá si ella no va a hacer nada de todos modos?» tu niño puede razonar. No menos importante, tú estás poniendo a tu pareja en un papel de policía malo inmerecido.
8) ¿Qué debemos decir en lugar de «¡Date prisa!»?
Esto es algo que le pasa a todo padre cuyo hijo no puede encontrar sus zapatos o blankie o que no sabe ponerse los calcetines por sí mismo. Considera tu tono de voz cuando pedimos a un niño que se dé prisa, y con qué frecuencia se le dice.
Si vas a empezar a quejarte, a hacer chillidos, o suspirar cada día, con las manos en las caderas y golpeando los dedos de los pies, ten cuidado. Hay una tendencia cuando estamos presionados a hacer que nuestros hijos se sientan culpables. La culpa puede hacer que se sientan mal, pero no motivar a que se muevan más rápido.
«Me puse tan nervioso en mi casa por las mañanas, odiaba que la última imagen de mis hijos tenían de mí era que estaba enojado», dice el terapeuta familiar Paul Coleman, autor de Cómo decírselo a tus hijos. «Así que hice un pacto conmigo mismo. No importa qué, no iba a gritarles más o a revolear los ojos, incluso si alguien derramara su zumo o me pidiese que encontrara algo justo antes de salir.» En lugar de acoso verbal («Te dije que apagaras la televisión hace cinco minutos!»), mejor es buscar la manera de calmar antes de acelerar las cosas (que se apague el propio juego).
(Mi sugerencia -y lo que hacemos con nuestra hija- es explicarle el tiempo que llevará hacer tal cosa o bien, si está entretenida con algo y tenemos que irnos, pues 5 minutos antes, explicarle que nos vamos a ir y que se vaya preparando. Tratamos de no arrancarla de algo que la entretiene sino explicarle, con tiempo, que tenemos que hacer otra cosa, para que ella pueda mentalizarse. Y funciona! La opción B es contar hasta 5. La clave está en siempre cumplir lo que decimos.)
9) ¿Por qué «¡Buen trabajo!» o «¡Qué bueno eres!» no son la mejor alabanza?
¿Qué podría estar mal con la alabanza? El refuerzo positivo, después de todo, es una de las herramientas más eficaces que tenemos los padres. El problema viene cuando el elogio es vago e indiscriminado. Lanzando «¡Buen trabajo!» por cada pequeña cosa que hace tu hijo – desde terminar su leche hasta hacer un dibujo – pierde sentido. Los niños lo detectan enseguida. También pueden establecer la diferencia entre la alabanza por haber hecho algo rutinario o simple y elogios por un trabajo real.
Para salir de la costumbre de tanta efusividad:
- Alabar sólo los logros que requieren un esfuerzo real. El acabado de un vaso de leche no es suficiente. Tampoco hacer un dibujo, si tu hijo es del tipo que hace decenas de ellos cada día.
- Sea específico. En lugar de «Buen trabajo» o «Muy bien!», diga: «Qué colores brillantes y alegres que escogiste para las manchas del perro.» O «Veo que dibujaste una versión del cuento que leímos esta mañana.»
- Alabado sea el comportamiento en lugar de al niño: «Tú estabas tan tranquilo con tu rompecabezas mientras yo estaba terminando el papeleo, tal como te había pedido.»
¡Cuánto mejor si hubiera dicho esto a mis hijas en lugar de transformarme en un volcán que escupe lava!. Por suerte, estoy segura que conseguiré otra oportunidad mañana.
1 julio, 2013 at 11:22 am
Me encantó!! A veces es difícil aplicarlo todo,pero ser conscientes de ello es importante porque nos permite mejorar y entender que a veces no hacemos las cosas como nos gustaría…pero siempre se puede rectificar y pedir perdón, ese es otro gran ejemplo y aprendizaje. 😉
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1 julio, 2013 at 11:40 am
Así es! y así aprenden ellos mismos a gestionar sus emociones y a rectificarse también.
Un abrazo!
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1 julio, 2013 at 4:08 pm
Todito todo es de manual!♥ Se consigue una relación emocional mucho más segura y positiva con ellos teniendo estos puntos en cuenta; ellos lo agradecen, y nuestra relación con ellos también!
Feliz semana!
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4 julio, 2013 at 7:17 am
Muy buen artículo. Me ha gustado mucho. En general los padres educamos y nos relacionamos con nuestros hijos tomando como punto de partida cómo lo hicieron nuestros padres con nosotros. Y aquí nos das buenas ideas para ser un poco más conscientes de eso y para descubrir algunas de las cosas que decimos una y otra vez sin darnos cuenta!
Gracias Sonia!
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5 julio, 2013 at 7:29 am
Gracias por tus palabras, Javier!
Es cierto lo que decís, de tratar de hacerlo mejor que lo hicieron nuestros padres, pero también me consuela saber que nuestros hijos lo harán mejor que nosotros, jeje
Un abrazo bien fuerte y gracias por pasarte por aquí
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15 julio, 2013 at 3:40 pm
Me ha encantado tu post. Cuánta razón tienes!! Sobre todo en el apartado de «etiquetas» que pueden llegar a convertirse en un lastre para toda la vida. Un saludo 🙂
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16 julio, 2013 at 1:21 pm
Gracias Belén! un abrazo grande
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7 agosto, 2013 at 5:15 pm
El número siete, era mi cotidiano en casa cuando era niña. Te genera una ansiedad tremenda… y no es saluble por si misma.
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8 agosto, 2013 at 6:04 pm
Qué pena, Cecilia.
Gracias x comentar y compartir tu experiencia con nosotros.
Un beso,
Sonia
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8 agosto, 2013 at 3:43 am
Me encantó me encantó me encantó! a veces uno cree estar haciendo lo correcto y termina enviandole a sus hijos mensajes equivocados, tengo un local para niños pequeños, y definitivamente imprimiré estos consejos y los repartiré en la entrada a todas las mamitas, a mi me sirvió de mucho! gracias por compartirlos! 😀
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8 agosto, 2013 at 5:41 pm
Qué bien que desees compartirlos, Maby!
Imagino que teniendo un local debes escuchar cada cosa…
Un beso!
Sonia
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8 agosto, 2013 at 5:48 am
Psicología barata. En unos años ya no habrá forma de dirigirse a los niños, tan empoderados, tan emperadores. Se esta criando una generación de pequeños tiranos manipuladores.
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8 agosto, 2013 at 5:43 pm
Tu crees, Rodrigo?
Cuánto enfado con los niños! por qué será?
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8 agosto, 2013 at 10:16 pm
Bien, ¿cual es tu propuesta para educar a nuestros hijos?
Quería además darte la enhorabuena por ser la única persona en la tierra en predecir el futuro. Mira a ver si te puedes sacar el dinero que ofrece Randi. ¿En que te basas para decir que se está criando tal generación? ¿Acaso conoces a todos y cada uno de los niños y niñas de la tierra actuales y futuros?
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9 agosto, 2013 at 5:42 am
No creo que sea psicología barata, coincido que parte de la labor de los padres es marcar límites pero sin perder en cuenta la importancia del vínculo entre los padres y los hijos. El artículo no dice que debamos permitirles hacer lo que quieran, pero cuida mucho su lado emocional que al final de cuentas les da seguridad, para eso estamos los padres, o no? Sin embargo Rodrigo, también creo que se debe cuidar el aspecto que mencionas, ni tanto autoritarismo ni tanta permisividad.
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11 agosto, 2013 at 6:04 pm
no les dejes….
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8 agosto, 2013 at 7:40 am
Muy buena leccion, Gracias!!!
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8 agosto, 2013 at 5:43 pm
Gracias por comentar, Carlos!
Bienvenidos tus comentarios.
Un abrazo,
Sonia
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8 agosto, 2013 at 12:12 pm
Me encanta esta página ya q soy estudiante de psicológia social y madre de 2 hijos uno de 7 y otro de 9 (varones) leo mucho su información lo tomó como hábito a muchos concejos y me sorprendo día a día x su información me sirve de mucho todo el materia q puedan compartir conmigo gracias
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8 agosto, 2013 at 5:46 pm
Gracias, Renata!
Bienvenidos sean tus comentarios y tus aportes a este espacio.
Un abrazo!
Sonia
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8 agosto, 2013 at 7:58 pm
gracias muy buena la información ya que tengo 3 niños y la verdad vivo superada .
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8 agosto, 2013 at 8:28 pm
Gracias! Ahora me toca poner los consejos en práctica.
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8 agosto, 2013 at 9:22 pm
Excelentes consejos, puedo agregar que todo parte de inicio que los padres estén en contacto constante con sus hijos, estos consejos solo serán útiles si se utilizan todo el tiempo y no solamente cuando estan de humor. El problema de estos tiempos es que con las prisas por conseguir dinero, muchas veces no se es constante con la educación en casa de los hijos.
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8 agosto, 2013 at 10:30 pm
Me ha gustado mucho el post! Muchas veces reaccionamos sin medir el efecto que provocan según qué frases en esas pequeñas cabecillas. Yo, en concreto, soy muy dada a celebrar cada pequeño logro de mi peque, de dos años…
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9 agosto, 2013 at 9:02 am
Gracias Verónica por compartirnos tu experiencia y por tu sinceridad. Me alegra que te haya llevado a la reflexión. Somos muchos los que estamos reflexionando con esto!
Un abrazo,
Sonia
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9 agosto, 2013 at 12:15 am
me gusto mucho el artículo, ya circule esto entre algunos compañeros de trabajo que también son padres e hicieron buenos comentarios, gracias
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9 agosto, 2013 at 9:01 am
Gracias Boris. Un placer saber que les resulta de interés lo que publico. ¡Soy la primera a la que le sirve esta información! jaja
Un abrazo,
Sonia
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9 agosto, 2013 at 12:19 am
Muy buen artículo, si yo hubiese leído esto cuando crié a mis hijos, quizás serían mejores padres. Ahora les digo que no le griten a mis nietos, que no los etiqueten, que no les exijan y me discuten que no hay otra manera mas que: gritarles, regañarles, compararles con otros, etc. Seguro que les enviaré y les exigiré que lean este artículo, quizás cambien «un poco» para que mis nietos sean adolescentes «sanos emocionalmente».
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9 agosto, 2013 at 9:04 am
Creo que eres la primera abuela -sino la segunda- en comentar.
Ojalá tus hijos quieran leer esto, y sino, puede que tus nietos no sean como tus hijos y ellos mismos busquen su propio camino 🙂
Ánimo que tienen una abuela que les enseñará a tratarse con amor!!
Un abrazo fuerte,
Sonia
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9 agosto, 2013 at 5:36 am
Hola Sonia, Felicidades por el artículo!! Me parece importante reconocer que los niños merecen respeto, en ocasiones es difícil mantener la calma después de un día agitado, a mi me sirve recordar lo rápido que crecen. Tengo 2 hijos, la mayor de 7 y el pequeño de 3, los amo muchísimo y trato todos los días de ser una buena mamá, no olvidar que la autoridad y responsabilidad de guiarlos recae en los padres (para evitar niños tiranos a los que se refiere Rodrigo), pero siempre cuidando la relación con mis hijos y respetándolos. Gracias por el tiempo y los consejos. Besos a tu pequeña!!!
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9 agosto, 2013 at 9:06 am
Muy bien dicho, Judith. El respeto ante todo lo demás.
Besos a tus peques y otro grande para ti!
Sonia
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9 agosto, 2013 at 8:56 am
Amén, Me ha encantado. La educación de los padres( en mi caso) me hacen jugar malas pasadas. Refuerzo positivo SIEMPRE, Gracias por compartirlo. Lección que hay que repasar, falta la 10 para que sea Mandamientos de la educación.
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9 agosto, 2013 at 12:15 pm
Aunque tengo mis hijas ya mayorcitas, y siempre actue ( o la matoria se las veces) pensando que lo hacia lo mejor posibles , ahora veo que en mi trabajo con niños de 3 a 6 o mas años estas 9 recomendaciones no solo son para «mamis y papis» sino tambien para maestros y educadores para mejorar en nuestro dia a dia ! Gràcies
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9 agosto, 2013 at 3:46 pm
Me gusto mucho leer este articulo, estoy muy de acuerdo con lo que dice, excepto por el punto Numero 9… no creo qe este de mas decirles cosas positivas a los ninos, al igual que decirles todo el dia cuanto los amamos o lo orgullosos que estamos de ellos y el buen trabajo que hicieron, no creo que sea algo negativo ni que genere acostumbramiento…
Todo lo demas… de lujo, muchas gracias!!!
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9 agosto, 2013 at 4:07 pm
Realmente gracias a los nueve puntos mencionados me doy cuenta de que estaba muy equivocado en varios aspectos al educar a mi hijo de dos anos, me doy cuenta de que son concejos muy sabios y me de aqui en adelante a mejorar aun mas la relacion con mi hijo, gracias por los concejos y que Dios te bendiga.
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10 agosto, 2013 at 3:34 pm
Gracias a ti Juan Carlos! Somos muchos los que estamos aprendiendo. No se nace sabiendo ser padre!!
Un cariño,
Sonia
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14 agosto, 2013 at 6:54 pm
Te recomiendo el libro «aprendiendo a enseñar».
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9 agosto, 2013 at 11:40 pm
ESTIC TOTALMENT EN DESACORD AMB LES AFIRMACIONS TAN CATEGÒRIQUES. CADA SITUACIÓ ÉS ÚNICA, I LES COSES QUE PASSEN D’INFANT, NO SON TAN DIFERENTS DE LES QUE ES TROBARAN DE GRANS, I LLAVORS SI QUE SERÀ FRUSTRANT SI NO HAN APRÉS QUE CERTES SITUACIONS ES DONEN I S’HAN DE PODER ASSIMILAR-LES PER PODER CONVIURE EN SOCIETAT I L’ÚNICA MANERA D’ESTAR PREPARAT ÉS APRENDRE-HO DE PETIT.
EVIDENTMENT QUANT S’HA PRODUÏT UNA SITUACIÓ COM LES DESCRITES, S’HA D’EXPLICAR ALS MENUTS EL PERQUÈ ES DONEN CERTES SITUACIONS. EL MÉS IMPORTANT DE TOT PLEGAT, ES QUE PERCEBIN QUE SON ESTIMATS I QUE ESTAN BEN CUIDATS.
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10 agosto, 2013 at 4:01 pm
Hola Joan! me gustaría poder responderte pero no hablo Catalán. Gracias por comentar.
Un saludo,
Sonia
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11 agosto, 2013 at 6:10 pm
sí,axó.cada nano és un mon
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13 agosto, 2013 at 7:40 pm
Yo si entiendo el catalán, y no te preocupes por su comentario, viene a decir que lo mas importante es que los niños se sientan amados i bien cuidados, cuando en realidad eso se da en la mayoría de las familias y no por ello los niños están recibiendo una buena educación. Por mi parte llevo meses formándome para educar correctamente a mi hijo, nacido hace exactamente hace cuatro semanas y del cual estamos muy enamorados, y puedo asegurar que podríamos quererlo con locura toda la vida y no por ello estar dandole una correcta educación, de ahí el interés en formarnos para saber hacer las cosas mejor que nuestros autoritarios padres. Los padres que educan con permisividad también quieren a sus hijos, asi como los autoritarios, aunque los hijos de estos últimos no lo perciban de igual modo.
JOAN también afirma que las cosas que suceden a los infantes no son tan diferentes de las que le suceden a los mayores y por ello se les debe explicar por que suceden esas situaciones, no obstante si este hombre hubiese estudiado comprendería que los niños no entienden el mundo como lo hacemos nosotros, que no puedes sentarte frente a un niño y soltarle el sermón porque no te comprenderá, que para ello hay métodos que funcionan mucho mejor, dan un rendimiento esperado y te permiten ahorrar ese tiempo de chachara incomprensible para ellos.
Por mi parte quiero decirte que estoy muy de acuerdo con la mayoría de cosas que expones, si bien tengo algún ligero desacuerdo o variación de como haría alguna cosa, pero por lo general, 9 sobre 10!!!
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10 agosto, 2013 at 7:05 am
7 de 9 son «no debemos», respeto la especialidad y la buena intención; sin embargo, parece un poco orientado a la censura. Como no hay una escuela para padres que sea certificada, (por quiénes sería?…) sólo estaríamos hablando de propuestas.
Me llama la atención el tema de las amenazas, éstas no serán de muerte obviamente, sino de reprimendas o castigos, algo que para mi generación fue muy habitual por parte de nuestros padres, y me parece que no les guardamos ningún rencor por ello, al contrario.
Y no es que es la mejor opción, pero en ocasiones es la única o finalmente es a lo que nos obliga la situación para corregir a tiempo y no lamentarnos después… o qué hacer cuando el (la) niño (a) cruzó el límite? la idea es que retorne a la zona deseable y que no reincida… su futuro está en juego, los niños entenderán con sólo consejos? entendíamos nosotros con sólo consejos? me parece que lo primero que aprendemos de niños es a sacar ventaja de la situación manipulando a nuestros padres para obtener lo que queremos…
Lo de hoy es bueno por su filosofía y metodología, pero los resultados me parece que no son tan buenos, indisciplina, falta de respeto por el profesor, violencia, son algunas de las amenazas que están muy cerca de la niñez y juventud… y gracias a nuestra falta de energía también son malcriados y/o sobreprotegidos, y no les obligamos a que asuman sus responsabilidades… estoy muy equivocado?
Gracias por el espacio…
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10 agosto, 2013 at 4:07 pm
Hola Mario, gracias por compartir tu opinión.
Lamentablemente no estoy de acuerdo contigo. Creo que la violencia (desde un cachetazo hasta una nalgada) NUNCA es la solución para poner límites.
Al contrario, considero que la violencia es la causa de muchos problemas que luego tienen los niños en la vida, en la escuela y cuando adultos.
Creo que es importante que los niños reciban límites pero siempre con respeto hacia ellos.
Este artículo lo traduje y lo compartí porque estas propuestas me han servido para replantearme la educación que recibí y la forma que quiero criar a mi hija pero no es ninguna biblia de la educación. Es una propuesta.
De nuevo, gracias por compartir tu opinión. Valoro mucho que hayas compartido tu experiencia y tu punto de vista.
Un abrazo,
Sonia
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14 agosto, 2013 at 6:51 pm
Estas absolutamente equivocado, por favor, lee y aprende. Nosotros nos formamos apoyándonos en los profesionales, en su experiencia con niños y en los métodos que ellos han demostrado que rinden, y si efectivamente hoy se les contesta a los profesores o hay niños tiranos, etc, deberías preguntarte si no es precisamente porque muchos de los padres se creen que todo lo saben y nada tiene que aportarles la lectura de un libro, que lo que hicieron sus padres se acepta como bueno sin ser cuestionado, en lugar de pensar que los hijos respondones son el fruto de recibir una educación mucho mejor que la que nos dieron nuestros padres.
Para empezar la educación que la mayoría de nosotros recibimos, si se la puede llamar asi, solo funcionaba a la luz,de cara a la gente, pero en la sombra siempre tenias el miedo al cachete o a la agresión verbal o física si incumplias aquello que se te imponía. Por eso no se contestaba a los profesores, a los adultos, etc, por puro miedo en muchos casos, y eso, no es educación, eso es imponer con autoritarismo.
Con el mismo modelo supuestamente educativo, hoy en dia hay leyes que prohíben la agresión física y verbal a un menor, por lo tanto con la falta de temor los niños contestan, y muy a menudo con mucha razón, a pesar de que los adultos a menudo sigan con el autoritarismo por bandera y hagan caso omiso de las replicas.
Por ultimo quiero añadir que yo me he tomado la molestia de haber estudiado para poder ser un padre mejor, que estoy muy orgulloso de ello, que si alguien me tiene que enseñar algo, por supuesto ese alguien habrá de ser un profesional, no el típico listillo que piensa que los niños vienen sin manual, que ningún libro te puede aportar nada, que hay que hacer lo que los padres hicieron con nosotros.
Por favor, leed y aprended, el tener un hijo y educarlo es una de las cosas que mas felicidad te va a aportar en esta vida, es la mayor obra que haremos nunca y la mas gratificante. Vale la pena con mucho el tomarse la molestia de aprender para darle a vuestros una vida mejor, una infancia saludable, la oportunidad de crecer felices.
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16 agosto, 2013 at 1:50 am
En respuesta a Ruben, aplaudo que se haya educado en cuanto a criar a sus hijos, pienso que es exelente. Ahora bien, pienso que no es adecuado generalizar que si un padre/madre no busca ayuda profesional, no le es buen padre/madre. No concuerdo con usted. La razon por la cual menores están contestandole a los adultos no es por el simple hecho de que hay leyes en contra de la agresión, al contrario, los menores estan dia a dia empujando limites, examinando que pueden hacer y que no. Hoy en dia NO HAY LIMITES para estos menores, no hay consecuencias porque todo lo que uno hace «afecta al menor», no nos damos cuenta que estamos poniendo todo el poder de la ley sobre menores que no tienen la capacidad mental para hacer bien por ellos mismos. Ve hoy en dia a una escuela, entra a un salón de tal vez 8vo o 9no grado y mira como esos jovenes le hablan y tratan a sus mayores sin respeto, sin consideracion. Si crees que esto no tiene nada que ver con el articulo, apuesto sin falla a que esos niños irrespetuosos, a que esos adolecentes voluntariosos no se les enseñó consecuencias adecuadamente.
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16 agosto, 2013 at 1:39 am
Pienso que tienes toda la razon Mario. Mis padres fueron «oldschool» conmigo, si me pasaba de la raya las amenazas venían y si yo continuaba haciendo lo indebido la nalgada hiba de seguro. Tengo 25 años, respeto y adoro a mis padres, y algun dia aspiro a poder criar a un ser humano tan bien como ellos lo han echo. Sin embargo pienso que por el miedo, la psicología de hoy en dia y el pavor de ser denuciados a servicios sociales por una simple nalgada que pudo corregir el comportamiento a tiempo han echo que gran mayoría de la generación que está adolecente sean unos irrespetuosos, malcriados que piensan que se merecen todo y que no tienen limites. Si, entiendo que han personas que han sido maltratadas, pero hay un refrán que mi mamá repetía de mi abuela que encuentro muy cierto «Prefiero darte una pascoza a tiempo que dejarte perder en el mundo».
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19 agosto, 2013 at 1:14 pm
En respuesta a Sam
Si leyeses y aprendieses te darias cuenta que la nalgada como la llamas no sirve para nada mas que para producir daño al niño. No educa en absoluto, ya que el objetivo es que el niño deje de hacer aquello que hace sin darle ninguna explicación, solo por el temor a más nalgadas.
Por el contrario si te molestas en leer aprenderás que agreder es el camino facil para ti, y el peor para el niño, que cuando un padre usa la correa deberia decir a la vez, «perdona hijo, me creo muy listo por pegarte, pero soy tan burro que en lugar de educarte solo se hacer esto» PLAF PLAF PLAF.
Si lees aprenderás que hay muchos metodos adecuados para educar que logran que el niño se forme como persona porque entiende por que hace las cosas, no por miedo a las agresiones, crecerá feliz, pues verá que tiene unos padres que se preocupan de su educación y le escuchan en lugar de tomar el camino facil de la correa, que solo produce ansiedad, inseguridad y agresión contra los padres. Leete el libro «aprendiendo a enseñar», tiene muchos dibujitos y poca letra, apta para que cualquiera pueda leer, (creo que lo hacen así porque los padres que solo pegan y creen que todo lo saben no darian más de sí como para leerse un libro normal).
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10 agosto, 2013 at 5:54 pm
Me gusto del articulo.
Creo que debemos reflexionar todos los días antes de actuar impulsivamente, vamos a cambiar nuestras actitudes en beneficio de nosotros mismos y quienes nos relacionamos.
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11 agosto, 2013 at 11:34 am
Gracias Stael por tu comentario!
un abrazo
Sonia
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11 agosto, 2013 at 7:48 pm
Me ha encantado el artículo, gracias por compartirlo. Comparto el enlace en mi blog.
Un abrazo !
Paula
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12 agosto, 2013 at 12:19 am
Interesante y respetable la opinión, sin embargo, observo que la gran mayoría de niños y adolescentes de esta generación han crecido sin límites gracias a toda esta clase de estrategias. Con los hijos se debe ser claro y contundente, explicar las cosas de la manera más directa, sin dorar la píldora en la mayoría de los casos, así mismo tenemos la responsabilidad de prepararlos para la vida fuera del hogar, en donde no se les explicará dando mil vueltas porque no se debe ejecutar una conducta, las normas sancionatorias, advierten un comportamiento y una consecuencia, sin más. Creo así mismo, que falta enseñar a los padres a tener comportamientos categóricos sin ser autoritarios, en los cuales a los niños y adolescentes se les enseñe, que no solo se debe reclamar su derecho a ser respetados, sino que se incentiven también sus obligaciones y el respeto hacia los demás en especial hacia sus familiares y los mayores en la sociedad. Ya es hora de seguir educando pequeños tiranos que solo exigen derechos y omiten sus obligaciones
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12 agosto, 2013 at 9:06 pm
Totalmente de acuerdo contigo. Lograr un balance entre la asertividad amorosa y la autoridad contundente es bastante difícil, pero vale la pena intentarlo.
El hogar debe ser un espacio de amor y cariño para el pequeño, pero no se deben excluir por ningún motivo las dosis de realidad para el mundo externo.
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14 agosto, 2013 at 7:01 pm
Un niño con la correcta educación nunca se vuelve un tirano. Cuando educas a un niño cooperando con el, crece como persona feliz y plena.
Solo los niños sin limites criados con el método permisivo, o los reprimidos con el método autoritario acaban teniendo problemas en su niñez y adolescencia, bien sea inseguridad, agresividad, ansiedad.
Los niños de esta generación como tu los llamas han crecido viendo poco a los padres y estos tampoco se han tomado grandes molestias en educar, de ahí que los niños salgan faltando al respeto a cualquiera.
Te aconsejo, si eres madre, que te leas el libro «aprendiendo a enseñar». Cuando lo hagas me darás las gracias. Un saludo
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17 diciembre, 2013 at 7:17 pm
Realmente Ruben , creo que lo unico que quieres es vender el libro .. .. te llevas comision o algo..cada niño es un mundo , un universo ..y a medida que tu hijo crezca veras que en tu maravilloso y fantastico libro no tienes todas las respuestas y que ha veces hay que jugar con una de cal y otra de arena.
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12 agosto, 2013 at 10:56 am
Muchas gracias por la traducción, Sonia. Muchas veces olvidamos que la mejor manera de criar a un niño respetuoso es respetándolo nosotros. Los niños nos tratarán a sus padres y a los demás de la misma forma como ellos han sido tratados. Esto no tiene nada que ver con no «poner límites». Los límites son importantes, por supuesto, pero se pueden poner de manera respetuosa, sin castigos, sin gritos ni amenazas. No es fácil, pero de eso se trata, de aprender con nuestros hijos y de crecer con ellos.
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12 agosto, 2013 at 3:54 pm
Creo que este artículo es excelente para asustar a padres bien intencionados. Cualquier palabra puede ser peligrosa! Los niños perciben la coherencia entre lo que sus padres dicen y hacen. Se identifican con lo que sus padres SON. Lo que los daña es la incoherencia. Son pequeños, no tontos.
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13 agosto, 2013 at 11:38 am
os dejo unas cuantas que aún suenan en mi cabeza de vez en cuando:
– no os debería haber tenido a ninguno
– que ganas tengo de que os hagáis mayores y os vayáis de casa.
– como no hagas esto, de la bofetada que te pego te pongo la boca en el cogote
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13 agosto, 2013 at 1:38 pm
La comunicación violenta puede ser a veces muy directa o a veces con insinuaciones.
Desde luego que esa no es manera de comunicarnos con nuestros hijos!
Gracias Pablo.
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14 agosto, 2013 at 7:15 pm
Añado:
-Lo haces porque si, porque yo te lo he dicho y se acabó, y mientras estés en mi casa harás lo que yo te diga.
-Mientras los mayores hablan, los pequeños se callan.
-No sirves para nada, ni para tacos de escopeta.
-Ojalá fueses como tu amigo Hermes.
Todas estas frases y muchísimas más las tuve que aguantar por parte de unos padres autoritariiiisimos, que me amargaron la vida y con los cuales aun tengo pesadillas a pesar de hacer 13 años que me fui de casa.
Cuando eres autoritario tu hijo no crece como persona plena, no se desarrolla, depende de ti y acaba siendo muy inseguro, y eso me marcó los primeros años de vivir solo. Mis padres, como la mayoría, hicieron lo mejor que creyeron con sus hijos, pero el hecho de no tener una base, a menudo trae estas consecuencias.
Educar es tan complicado o mas que muchas de las carreras que podría estudiar cualquiera en esta vida, y sin embargo pocos toman un libro en sus manos o recurren a la ayuda de un profesional.
No creo que a nadie se le pudiese ocurrir la idea de llegar a una universidad, un dia cualquiera, y ponerse a dar clase a los alumnos sin ser profesor. por que?, pues porque para eso hace falta una formación, y en esto de ser padres es tan necesaria esa formacion o más, pues hablamos del futuro de nuestros hijos.
En esto de la educación hay que ser humilde, nadie nace enseñado, no hay nada que demostrar a nadie, Solo se trata de hacerlo correctamente con tus hijos, y si necesitas ayuda pedirla, en su propio beneficio.
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15 agosto, 2013 at 12:45 am
Estupenda informacion, la usare para educar a las madres de mis alumnos en el centro educativo preescolar donde trabajo de maestra. Tambien me servira para corregir muchas de esas frases que le he dicho a mi muchachito de 7 años. Cualquier informacion que creas que me puede servir para educar a mi hijo y a mis alumnos de preescolar , agradecere me la envies por favor. Gracias.
Claudia
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15 agosto, 2013 at 9:15 am
Me pregunto por qué todo -o casi todo- lo que no hay que decir es lo que comúnmente decimos. ¿Hemos sido TODOS educados del mismo modo? ¿No será que decimos lo que resulta natural decir? Me refiero a que si es lo primero que se nos ocurre y coincide con lo que se le ocurre a una mayoría de gente, debe haber un por qué. Y que coincida en tantas culturas diferentes, da que pensar.
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15 agosto, 2013 at 10:27 am
Soy el padre de dos varones de 7 y 4. Desde que nació el mayor, lucho todos los días conmigo mismo para aplicar recomendaciones parecidas a las descriptas aquí, en vez de repetir el estilo de educación infundiendo temor y con castigos físicos, que era lo usual hace 30 o más años.
Por suerte, creo que lo he logrado y tengo el respeto, la admiración y la amistad de mis pequeños. Son dos personas muy distintas: el mayor, reflexivo, artista, aplicado; el menor, un torbellino diario, difícil de parar. Son parecidos y a la vez muy distintos. Ambos son capaces de trepar un árbol mucho más alto de lo que parece razonable, pero a uno le gusta salir de casa para ir a cualquier lado (así sea acompañarme al banco o a la oficina) y el otro extraña sus juguetes cuando está fuera de casa. El mayor es muy bueno escuchando a los demás, y el menor no para de hablar hasta la hora de dormir. Y así, muchos otros parecidos y diferencias.
Las pocas veces que les he pegado (nunca fuerte), el resultado no ha sido mejor, solo más rápido porque la respuesta al miedo y al dolor suele ser inmediata. Pero luego, la relación padre-hijo queda marcada, y en mi caso, mis hijos lloran de la ofensa y tristeza que les causa, más que de dolor.
Algunas otras observaciones y recomendaciones que aprendí con la práctica de se padre:
1) Predicar con el ejemplo: Si uno quiere que sus hijos sean bien educados y saluden amablemente a todos los adultos, uno debe hacer lo mismo frente a ellos, en todo momento, sin discriminar a nadie; o si uno quiere que los hijos no pasen horas con videojuegos, los padres deben abstenerse de pasar horas mirando con el smartphone o la tablet; si queremos que se alimenten bien, debemos hacer, o al menos intentar hacer, lo mismo; etc. etc.
2) Escuchar lo que dicen: Desde muy pequeños, nos quieren hablar y para ellos es muy ofensivo y desconcertante si sus padres no los escuchan con la misma atención que ellos nos escuchan.
3) No amenazar con imponer penas severas por malos comportamientos que no sean de gravedad. Decirle a un hijo que nunca más va poder ver televisión, o nunca más se lo llevará a tal o cual lugar, es para un niño lo que para un adulto sería una pena de prisión perpetua. La tarea de los padres es educar, no imponer castigos. (Y la de los hijos, sobre todo los pequeños, es «portarse mal» y aprender).
4) Defender a sus hijos: No permito que nadie agreda, pase por encima, discrimine o regañe a mis hijos. Si se portan mal y están molestando a un tercero, inmediatamente los reto y pido disculpas a la persona afectada, sea mayor o menor (los niños ajenos también merecen no ser molestados). Pero no permito que un adulto, ni siquiera sus abuelos, rete a mis hijos si yo estoy presente; si lo hace, lo desautorizo inmediatamente -cordialmente, sin agresiones- frente a mis hijos y también, inmediatamente los reto con mis estándares e impongo un castigo si se justifica de acuerdo a mis estándares. Las personas adultas que se dirigen a los hijos de desconocidos para retarlos suelen tener reglas distintas de las de sus padres. Si además, son injustos o desproporcionados en sus comentarios, se los hago notar de inmediato. El resultado es sorprendente: mis hijos se sienten seguros conmigo y se portan mejor.
5) No hacer promesas que no se pueda cumplir. Una promesa incumplida por los padres, es una enorme frustración para los hijos, y es muy desconcertante para ellos. Me aseguro de no prometer nada que no esté seguro que pueda cumplir.
6) Unidad de reglas y estándares de ambos padres: mi mujer y yo tratamos de consensuar las reglas que aplicamos a nuestros hijos. A veces cometemos errores, obviamente.
7) Entender las diferencias según las edades: Un niño de 2 años, comprende lo que signfifica «NO», pero no sabe obedecer. Un niño de 4 piensa muy distinto a uno de 7. El de 4 vive en un mundo en el que la realidad y su imaginación se mezclan. Además, no pretendo nunca que mis hijos se comporten como adultos, no les corresponde. Lo normal es que correteen, hablen mas fuerte que los adultos y hagan un poco de lio. Aún en lugares públicos. Los padres ponemos los límites y somos responsables de que no molesten a los demás; pero ello no debe lograrse pidiéndoles que se comporten de una manera que no corresponde a sus edades.
8) Pedir perdón cuando uno se equivocó o fue injusto. Lo hago siempre, y el resultado es maravilloso: ellos también saben pedir perdón, aprendieron de mi. También saben que pedir perdón no lo arregla todo, que igual puede haber un castigo.
Se me ocurren varias cosas más, pero estas son las cotidianas. Y aplicarlas en mi familia ha convertido a la experiencia de ser padre en mi mayor tesoro y felicidad.
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29 agosto, 2013 at 9:19 am
excelente su aporte, gracias.
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3 enero, 2015 at 5:01 pm
Mis más sinceras felicitaciones! ya somos dos!
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15 agosto, 2013 at 10:22 pm
Esta excelente! Pienso que la manera de criar en estos momentos esta atada de la mano del ajetreo de la vida. Los padres estamos tan ocupados con cosas muchas veces irrelevantes, que no le prestamos la atencion a lo que lo merece. Recordemos que los ni~os son seres humanos, que creceran y se convertiran en parte de la sociedad. Comencemos a tratarlos como tal, para asi cuando crezcan, sean participes positivos en la sociedad. No esperemos a que sean grandes para comenzar a respetarlos. El respeto lo merecen hasta antes de nacer. Lo que sembremos sera lo que cosechemos. Saludos desde Puerto Rico.
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16 agosto, 2013 at 11:50 pm
Es un artículo muy interesante, apostarle a la primera infancia es lo mejor que podemos hacer en este mundo.
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17 agosto, 2013 at 5:44 am
muy buen articulo, pero me provoco sentimientos encontrados, si bien trato de dar lo mejor de mi y ser buena madre, no lo logro… tengo una beba de casi 2 años y es muy desordenada, no obedece cuando le hablo, me desafia y hace todo lo contrario y la paciencia no va conmigo, pierdo el control rapidamente y le grito, sermoneo y en ocasiones tambien le pego (no fuerte, una palmada y listo), pero se q esta mal y me odio en ese instante y me frustro y lloro pq no se de q forma hacerlo bien, me es imposible controlarme… este articulo me deja claro pq no debo hacer eso, pero aun no se como lograrlo con exito 😦
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17 agosto, 2013 at 1:32 pm
Respuesta sobre el primer punto
Cuando se tiene un niño, se debe tener claro que tu vida cambia y que a partir de ahora gira entorno alrededor de ellos. El decir que los niños deben tener claro y aceptar el habito de que sus padres deben tener su momento para relajarse, para soltar presion, es querer asignar a los niños comportamientos de adulto, es una autentica BURRADA. Los niños durante los primeros años de vida, buscan el apoyo de los padres, su guia, su referente por lo que si no se es capaz de darse cuenta de eso, de que tener un niño es sacrificado y que tienes que pasar momentos en los que te vas a ver saturado, NO VALES PARA PARA PADRE. Los niños aunque son niños, no son tontos, son pequeñas personitas que si les muestras el concepto de responsabilidad, que los padres tienen que acabar cosas, responsabilidades ( los niños comprenden ese concepto) es un refuerzo positivo pero el querer buscar que los niños entiendan que los padres deben tener su momento, es que es una idea digna de un autentico CAFRE, basicamente situas al mismo nivel a un padre y a un niño, por que el padre necesita tener un rato para si mismo para poder jugar, entretenerse y no puede soportar la presion de la decision que ha tomado, tener un hijo.
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19 agosto, 2013 at 1:17 pm
Totalmente contigo!!!!!!!, caray que gusto encontrar padres como tu!!!!!. Ojalá se nos educase un poco más en este pais para que muchos más fuesemos conscientes de lo que significa ser padres.
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17 agosto, 2013 at 4:21 pm
Lo de no etiquetar al niño y decirle «No seas bebé» cuando está llorando me parece bastante contradictorio, por no hablar, que llorar no es de «bebés», es algo totalmente natural, sano y normal. Por el resto, en general bastante bien.
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18 agosto, 2013 at 6:55 pm
Qué razón tienes!!!, pero a veces se me hace muy difícil… 😦
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18 agosto, 2013 at 10:18 pm
Voy a referirme al tema del castigo físico. Ahora se habla del «Bulling» y los padres se ofuscan si sospechan que su hijo está siendo víctima de eso. Todos hemos sufrido Bulling, no llegó al extremo que puede darse p.ej. cuando el niño es de otra raza o tiene un defecto físico o cuando uno de los líderes carece de capacidad de ponerse en los zapatos de la víctima y comprender el innecesario sufrimiento. Pero, gracias al «Bulling» somos hoy lo que somos; aprendimos:
1) Que no siempre tendremos a nuestros padres a la mano para que nos defiendan.
2) Que necesitamos desarrollar técnicas de defensa porque la vida a veces es muy cruel.
3) Que tenemos que valernos solos, ya no estamos en brazos ni hay una mano cogida de la nuestra que nos guíe mientras andamos a tropezones; que somos los únicos responsables de lo que hagamos y dónde vayamos.
El castigo físico prepara al niño para enfrentar la dureza de la vida, porque la vida no es sólo jajajá.
Hace 1/2 siglo un Dr. Spook dijo que pegar al niño «lo traumatiza»; regañarle también, hacerle ver que se ha portado mal, también; porque se suponía que de todo eran culpables los padres por haber «traumatizado» a su hijo: los espantados padres tenían que que soportar la satrapías de su hijo y, llevarlo al psicólogo. Vino Bill Halley y sus Cometas, vino Elvis Priesley, vino la mariguana y demás caterva de drogas. Ante el «Woostock» que superaba a Sodoma y Gomorra, Spook reconoció su culpabilidad y recomendó la correa y los colegios militares.
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19 agosto, 2013 at 1:24 pm
Y supongo que eres tu, correa en mano quien pretende enseñar la dureza de la vida a tu hijo desde pequeño.
Creo que en realidad tratas de justificar que tu pegas a tu hijo en lugar de molestarte en leer y aprender.
Habla de lo que quieras, del doctor spook o de lo que te venga en gana, como si quieres pasarte el dia hablando de futbol, pero si eres padre tienes una responsabilidad y una obligación con tu hijo que deberias haber aceptado desde antes de ser padre. Por lo tanto no pretendas darnos clases a los que nos hemos tomado, no la molestia, porque para los que lo hacemos es un placer, el tiempo necesario para aprender a ser padres y equivocarnos lo menos posible
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19 agosto, 2013 at 6:30 am
realmente tenemos que ser pacientes con nuestro hijo, … al año estoy pensando en tener mi primer hijo pero ando algo preocupada con el tema de mi PACIENCIA, espero que la maternidad me ayude a ser tolerante.
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19 agosto, 2013 at 1:27 pm
Si crees que no vas a ser buena madre y vas a zurrarle en lugar de educarle quizá deberias plantearte si realmente debes tenerlo o no.
Un hijo no se tiene para que te haga compañia de mayor, se tiene para ofrecerle una vida plena, y para ello es vital la educación. Leete primero «aprendiendo a enseñar», luego decide
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22 agosto, 2013 at 3:36 pm
Excelente!! Tengo años trabajando con niños y he visto los buenos resultados que tiene el refuerzo positivo. Gracias por tomarse la molestia de poner en blanco y negro, lo que muchos sabemos y no lo hacemos. Es tipo de articulos son los que se eternizan en la vida de un niño que luego sera un adulto sano.
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23 agosto, 2013 at 5:33 pm
en dos meses voy a ser mamá y me da mucho miedo no ser una buena madre y trato de leer al maximo todo sobre la educacion a los hijos espero ser la mejor mama para mi hijo, no ser perfecta pero pro lo menos no cometer muchs errores
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24 agosto, 2013 at 3:52 pm
Excelente artículo . Tengo una nena de dos años y realmente hago algunas cosas. Pero pondré énfasis en estas frases. Gracias
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27 agosto, 2013 at 7:07 am
Ruben que molesto es que pretendas imponer tu punto de vista! Respeta a los demas y se tolerante con las distintas formas de pensar, ese ejemplo sera mejor para tus hijos. Por ultimo, si tienes tanto que opinar (me parece que si) te sugiero que pongas tu propio blog y hagas de el lo que te venga en gana, respeta a Sonia, a los demas y a ti mismo.
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30 agosto, 2013 at 12:23 pm
Tal vez todos tengan parte de razón pero a veces nos pasamos con tantos miramientos y el resultado son niños tiranos a los que no se les puede decir nada. La educación de un niño es tarea difícil y obviamente cada uno lo hace lo mejor que puede , yo no soy madre aunque tengo relación muy muy estrecha con niños de mi familia. Lo que observo desde fuera es que siempre que hay niños que no obedecen siempre hay un padre y madre enfrentados en sus posiciones. Para mí además de todo lo que se menciona en el artículo , lo esencial para educar y tener buenos resultados es que ambos padres vayan en la misma dirección. No es tarea fácil pues cada persona tiene su carácter y sus métodos para educar pero JAMAS deben los padres desautorizarse uno respecto al otro ni darle más autoridad a uno que al otro con frases tipo «cuando venga tu padre». Eso implica aceptar que el padre tiene más peso sobre su hijo así que ante el hijo el padre queda como el «malo» y la madre como la «tonta» a la que pueden vacilar. Así pues el equilibrio como siempre es el mejor camino y esa labor es complicada , dos adultos de la mano para educar a un niño. Saludos.
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31 agosto, 2013 at 5:30 pm
Tienes razón Berta. Si Ruben tiene todas las razones del mundo con sus teorías personales e impositivas debe tener su propia espacio, y de paso respetar que al final es lo más importante.
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3 septiembre, 2013 at 3:18 pm
Para empezar no son teorias impositivas, nisiquiera mi opinion, sino la opinion de la gente que se dedica a educar, la opinion de los profesionales y la que en realidad cuenta. En ningun momento he dado mi opinion, pues no vale mas que lade la gente experta en el tema, gente que estudia una carrera y se dedica a esto profesionalmente, si quereis poner en boca ajena lo que no es, en realidad es vuestro problema. Y si os molesta la verdad es porque sabeis que en realidad formais parte del colectivo de personas que cree que sabe mucho y puede ir aconsejando a cualquiera. En mi caso no hago mas que poner en practica la experiencia de los educadores, harto demostrada que funciona, en lugar de llevar a mi hijo por el erratico camino del «ya aprendere, que esto se enseña solo».
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5 septiembre, 2013 at 2:52 pm
Exelente los consejos ayudan a mejorar como padres
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10 septiembre, 2013 at 5:49 pm
Pondre en practica los consejos a partir de hoy. Mi hija y yo peliamos mucho, aunque soy yo quien pelea realmente y ella se defiende de alguna manera. No siento que me respete y eso es muy duro. Si tienes algún otro consejo, los agradecería.
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